Resultan ansiosas y desdichadas la obstinación y la volubilidad. Ambos extremos son enemigos de la tranquilidad. Uno por no permitir cambiar nada y el otro por no resistir nada.
Resultan ansiosas y desdichadas la obstinación y la volubilidad. Ambos extremos son enemigos de la tranquilidad. Uno por no permitir cambiar nada y el otro por no resistir nada.